Tiempo suficiente y calma
Tom estaba habituado. Llegase a la hora a la que llegara, Joana siempre y en toda circunstancia le hacía esperar. De todas maneras, podía estar satisfecho, puesto que en otras ocasiones, el retraso había sido considerablemente mayor, sin que nunca se hubiera disculpado o bien dado una disculpa razonable al respecto. Sigue leyendo