Que pares de una puta vez te he dicho, tortillera de los cojones, le afirmé
Salvo que tu fistee empiece a aloquecer, cuando hayas llegado a ese lugar, puedes formar un puño. (Si el fistee se aloquece y comienza a asfixiar su mano con sus músculos del esfínter o con su vagina, sáquese tan de forma lenta como el perezoso ya antes mencionado cruzaría una calle). Sigue leyendo
